martes, 16 de abril de 2013

¿La vida de la madre y de la autónoma? Libertad, responsabilidad y miedo

“La mayoría de la gente no quiere libertad. 
Implica responsabilidad, y la responsabilidad da miedo”. 
Freud, La civilizacion y sus descontentos

Hoy he visto que la escritora Lucía Etxebarría ha publicado esta frase en su Twitter (@LaEtxebarria) y me ha hecho pensar.



Me gusta hablar de Freud, sobre todo con un familiar mío, pero la verdad, con el psicoanalista tengo poca relación. Que te digan como eres, como mujer, según lo que te falta, ¡digamos que no es algo que me guste mucho! Pero bueno, esta frase twiteada por Etxebarria sí que me parece acertada...tanto para una madre como para una autónoma.

Como madre o padre, quieres criar a tu hijo/a según tus creencias, según ves tú el mundo, pero debes ser más que consciente que esa libertad de criar a una persona implica la responsabilidad de criar a esa persona para que respete su entorno, a las personas a su alrededor.

A veces, la responsabilidad por ese pequeño nos viene grande, nos da miedo, como dice Freud, y sentimos todo el peso del mundo. Y ahí es donde surgen las dudas. ¿Lo estaremos haciendo bien? ¿Será feliz? ¿Qué dirán los demás?

Quizá la respuesta sea, entonces, aceptar la libertad y su responsabilidad y disfrutar de ellas. Es decir, que ser libres para criar a nuestros hijos, aunque sea una responsabilidad tremenda, es un honor. Y a ese honor y a esa personita, no hay que tenerle miedo.

Si como yo te hiciste autónoma para tener libertad, serás muy consciente de la responsabilidad y el consecuente miedo que da. Pero te compensará...por la libertad.

Si te has visto obligado a ser autónoma, quizá por tu profesión o porque así lo requería el mercado, la responsabilidad y el consecuente miedo sigue existiendo, pero quizá sea más difícil luchar contra ellos, porque al fin y al cabo, tu estado de autónoma es una obligación, no una elección.

Haya sido como haya sido tu decisión de hacerte autónoma, solo hay una respuesta, igual que para los padres y madres con sus pequeños. Enfrentarte a tus miedos, hacerte responsable. Así, cuando llegue el día que lleves un sueldo digno a casa, o sientas que ser tu propia jefe significa que puedes ejercer de madre además de trabajadora, habrás conseguida esa libertad de la que habla Freud.

¡Y podrás disfrutarla!


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