Pero luego otro día trabajo por la mañana y a última hora viene un encargo. Y el gran dilema.
¿Qué hacer? ¿Aceptar el encargo? Estas son las opciones para una mamá freelance...o por lo menos, es lo que voy viendo como opciones ahora mismo.
©Mamá Freelance |
1. Aceptar. Trabajar toda la tarde con el Baby en su trona/en su cuna/en el suelo, jugando, cansándose, jugando, mamando...hasta que acabes tú o se duerma él.
Ventajas: más trabajo = más dinero; tu hijo te ve trabajando, que es bueno; confirmas que eres la reina de la multitarea, ¡enhorabuena!
Desventajas: te sientes fatal; no haces nada bien; tu hijo mama tu estrés, ¡estoy convencida de ello!
2. Aceptar. Esperar hasta que venga el Husband del trabajo y luego pasarle al Baby y desaparecer.
Ventajas: pasas el tiempo asignado con tu hijo; trabajas mejor porque estás concentrada
Desventajas: estás deseando que llegue tu pareja no para darle un beso sino para pasarle al bebé; no ves a tu pareja
3. Rechazar el encargo. Pasar la tarde con tu Baby pero con la cabeza llena de preguntas retóricas. ¿Podría haberlo hecho? ¿Y si ahora no me vuelven a llamar?
Ventajas: Tienes más tiempo con tu pequeño; vas acostumbrándote a ti misma y a tus clientes a tu nueva estructura laboral; menos estrés que haces reflejar en el niño
Desventajas: te sigues comiendo la cabeza; menos trabajo = menos dinero
No sé, supongo que es cuestión de acostumbrarse, pero ninguna de las 3 opciones me parecen definitivas. Mi instinto de autónoma lucha contra mi instinto de mamá, diciendo: lo mejor sería seguir con tu ritmo de antes, trabajar como una loca y no tener que preocuparte por nada más.
Pero mi instinto de mamá dice: ahora que he subrayado todo en bonito y colorido, me doy cuenta que quizá la opción que más ventajas (y menos desventajas) tiene es la 3. Y aunque las desventajas son importantes, no son el fin del mundo.
Y además, las preguntas retóricas desaparecerán con el tiempo.
Resumiendo, (como dice un amigo), viendo las 3 opciones, quizá hay una nueva solución - aceptar el encargo pero con las nuevas condiciones de trabajo. Es decir, hacerlo la mañana siguiente y no pasa nada.
O sea, no hay que entrar en crisis - simplemente hay que adaptarse. (Aquí habla Mamá Freelance versión Zen)
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